16 de mayo de 2008

Tesoros...

"Envío este escrito, para aclarar las circunstancias en las que se produjo el hallazgo del Gran Tesoro.

En primer lugar, confesaré que no todo el mérito es mío. Sin la clara luz de la Luna quizás no hubiese visto el camino, o quizás me hubiese perdido varias veces antes de tomar el correcto. Y creo que es de honestidad incluir a tan mística figura en el mérito de este acierto.

Para diasuadir la ingente cantidad de rumores, que han crecido entorno a la historia del Gran Tesoro. Explicaré cual es la naturaleza de la encontrada fortuna. Estoy seguro que cerraremos esta guerra mediática, y probablemente se inicie otra contra mi persona. Principalmente por el anuncio tan sonado que hice de mi éxito.

El Gran Tesoro no existe. No, no hay alhajas que medir, ni coronas de oro de pesar. Ni siquiera obras de arte.
Y no, no es que un servidor se haya quedado con todo y ahora venga a contarles una historia.

Tampoco les contaré que el Gran Tesoro está dentro del corazón de cada uno de nosotros, sería muy poético pero, yo no sirvo para eso y no sería mío.

Y pueden dejar de leer cuando lo deseen, pero yo seguiré escribiendo. Ya que pretendo que las voces vacias callen y los oído inquietos escuchen. Y quién sabe, puede que acabe compartiendo mi Tesoro con ustedes.

Anduve y anduve durante años, en busca del Gran Tesoro. Recorrí océanos de roca, hielo, arena y agua. He pasado toda mi vida buscando algo que, al menos materialmente, no existía. Pero no me siento frustrado. Ya lo tengo.

Han hecho falta muchos años para hallar estas riquezas. El Tesoro de los cotidiano, el Gran Tesoro. He convivido con gente de todo el mundo. He vivido en lugares que ni soñé que existían. Pero no encontraba lo que hallaba buscando. El problema no era la ubicación, sino la composición.

Estimados cómplices de mi escritura, no desvelo mas y les invito a probar la búsqueda de su Gran Tesoro, en lo cotidiano."

Día tras día, sentimientos.

"Lo cotidiano se viste de gala,
cuando un cepillo de dientes
se convierte en llave del paraíso.
Paraíso encarnado en mi reflejo.
Felicidad crecida en cotidianidad."





PD Y si un avispado, fiel o infiel, lector opina que lo cotidiano, son las Pequeñas Cosas. Me quito el sombrero. Chapó.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ruben me sorprendes y me encanta lo que observo, lastima que nunca profundicemos lo suficiente, que los tiempos sean tan lejanos, que las barreras de la edad y del tiempo impidan que profesores y alumnos podamos llegar a descubrir nuestros talentos.

DYA L'ALACANTÍ dijo...

Gracias por tu aportación a la expresión simple de mi divagación diaria.

Completamente de acuerdo en cada palabra, a veces la vida es demasiado corta para las cosas y los descubrimientos valiosos, y demasiado larga para la banalidad y el hastío.

Pero cada punta descubierta por la que vivir será el punto de apoyo para seguir ascendiendo.