25 de abril de 2008

Poesía sin letra, sin motivo...

"El ambiente era espeso. Tanto que la tormenta de arena cubría al propio Sol.
Mi caballo, desfallecido hace horas, sucumbió al infernal calor. Ambos entendimos con una mirada que, si tenía que sobrevivir en adelante sería sin mí, era el momento de separarnos.

Continué caminando, aún con el recuerdo triste de la última visión de mi fiel compañero... mi última conexión con el mundo real...

Poco a poco, día tras día, luna tras luna, no sé si incluso años... Ya no me quedaba nada en la mochila, nada que llevar en las espaldas, salvo mis propios pasos que se desvanecian tan rápido como mis esperanzas de llegar a encontrar un fin a este caminar.

Este desierto, correoso y cruel desierto, había consumido la llama que la vida encendió con mi nacimiento.

En alguna parte, mi familía se preguntaría por mí. Si, aquí donde me estoy yo tenía familía antes de entrar en este mundo con solo una puerta de entrada, y ninguna de salida.

Hace tiempo que pido al universo el regalo de la transformación, pero no obtengo respuesta.
Camino como alma en pena a la que alguien robó las dos monedas de plata...

Escribo esto con la única intención de que si llega a manos de alguna persona, conozca mi infierno personal... No pido ayuda... Ya no sé ni lo que pido..."

Suma y sigue.

Otro día mas en la vida de cualquiera de nosotros.
Otro día menos en la vida de cualquiera de nosotros.

La Risueña Vida me muestra cada una de estas mañanas su mueca más siniestra.

Y no, no hablo de la muerte (para los que no sepan lo que es, dada la ocultación social de esta, es una fiesta popular típica de los hospitales, que antes se celebraba en familía como algo natural) hablo del sufrimiento.

Sufrimiento sin mas, seguro que alguien diría que enriquecedor para el carácter, pero hoy concédanme decir: sufrimiento sin mas.

Hoy no ha sido uno de esos días en los que se ve sentido a todo lo que ocurre... Hoy quizás mi lección sea, simplemente, que hay cosas sin sentido... quizás por desconocimiento no entienda que se trata de justicia poética, pero de ser así... sería la prosa escrita con la pluma del dolor.

Y no, no estoy de bajo... ni siquiera ha sido un mal día... solo ha sido un día de empatía...

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