22 de abril de 2008

Frente a un espejo.

"Doctor, en verdad le digo que me hallo preocupado.

Últimamente tengo problemas de visión.

No sé si esto es un problema hereditario, o quizás contagioso. Asustado me hallo.

Le explico el caso que me acontece.

Al llegar el alba, con el gallo ya luchando por sacar al astro Sol de los brazos de Morfeo, abro los ojos y ante mí veo el lecho y las paredes que a este guardan.

Nada peculiar Doctor, la maravillosa realidad se va pintando con la paleta del arcoiris y sonrisa de despertar. Despúes de luchar algunos minutos por librarme de esa enredadera, de entresueños y sábanas, planto en el piso mis pies y los calzo. Me dirijo, candil en mano, al servicio. A fin de acicalarme un poco. Y cuál es mi sorpresa al llegar a la estancia que, al dirigir mis ojos todavía somnolientos al espejo, ante mí aparece una estampa poco habitual. La imagen reflejada, por esa ventana del fondo del mundo, se halla duplicada.

¡¡¡Me veo doble Doctor!!!

Podría, quizás, ser una grotesca imagen matinal, el encontrarse a uno mismo multiplicado por dos, en el reflejo de un cristal. Pero Doctor, lo que más me desconcierta es el hecho de sentir que esa sombra de la Luna, esa figura que, junto a mi yo original se refleja, es parte de mí, y por tanto no siento amenazada mi cordura.

Nos miramos los tres y quedamos en silencio. Yo, Yo mismo y Yo.

El mundo se para, y el universo se concentra en un metro cuadrado.

¿Estoy loco Doctor? ¿Esa imagen es mi locura? Preocupado me hallo.

Gracias por su atención."

En un mundo lleno de preocupaciones creadas por cuerdos.
Un loco es feliz, frente a un espejo.


No hay comentarios: