10 de agosto de 2008

Polluelo por un Día.

¿Cómo sabe el polluelo que ha llegado el momento de saltar del nido? Es uno de esos misterios de la naturaleza que en ocasiones son difíciles de entender, y más cuando te muestran en los documentales como el pobre cae del nido para rebotar en la fina vegetación del suelo. Supongo que de alguna manera el pajarillo sentirá que ha llegado el momento. Y como ellos lo de pensar más que sentir lo tienen más que superado, quizás por la propia limitación natural, saltan sin más honores ni protocolos.

Pues bien el sentimiento está ahí, en mí. La cabeza paró por fin, será que me estoy volviendo un poco pájaro o ya lo era en realidad. Y ya tengo mi quicio, mis alas y mi... bueno algo de pluma arrendada.

Mi quicio el primero de septiembre.
Mis alas la Luz cálidad de la luna y yo mismo,
si se me permite: otra vez yo mismo.
y la pluma prestada, que yo soy ave rapada.

Ya lo tengo todo y, por fin, voy a dar el salto. Puede que como esos pequeños, kamikaces suicidas de los documentales, el primer momento sea un golpe contra el suelo de la realidad. Pero con la fuerza de mis alas, que ya bato y lato, remontaré el vuelo hacia ese lugar donde el día a día es un sueño, y mañana una ilusión.

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