19 de febrero de 2010

Un mundo sencillo, alto.

Siguen pasando los días.
La dulce, y "dulce", espera.

Tomé decisiones, erróneas o no. Las tomé.
Qué complicado se ve el mundo con las gafas sucias.
Qué bueno tener agua clara, aunque sea fría, muy fría.

Hoy veo, al menos, lo que sigue siendo oscuro.
Y es que en la risueña vida hay cosas que
no dependen de lo optimista o pesimista que uno sea,
ya que funcionan con batería propia.

Aquí, sentado en el quicio de mi locura, de mis ilusiones.
Las cosas se ven más altas, pero no más claras.
Desde la altura será más fácil fijar un destino, un límite temporal,
en esta dulce e irónica espera.
Ironías y sarcasmos del día a día. Responsabilidad.

La caprichosa y pizpireta vida imparte su lección.
Mejor será que este lunático saque la libreta y
tome nota, otra vez. Ya que todo vale, todo me vale.

Y agradezco el poder ver, ver la oscuridad, ver la oscuridad desde lo alto.
Un mundo sencillo, no creo.
Un mundo más sencillo, desde lo alto.

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